El sector agropecuario reafirmó su liderazgo en el comercio exterior de Colombia durante marzo de 2025, al registrar exportaciones por US$1.394 millones en productos agrícolas, alimentos y bebidas. Esta cifra representa un notable aumento del 50,9% en comparación con el mismo mes del año pasado, de acuerdo con datos del DANE.
Con este desempeño, el agro se consolidó como el rubro más dinámico del mes, al aportar el 32,2% del total de exportaciones del país, muy por encima del 23,9% que había representado en marzo de 2024. Autoridades atribuyen este avance al fortalecimiento de la oferta exportadora nacional y a una estrategia activa de apertura hacia nuevos mercados.
El café sin tostar fue el principal motor de crecimiento, al duplicar con creces su valor exportado —con un salto superior al 130%—. También destacaron las flores cortadas, con un alza del 23%, y las frutas frescas o deshidratadas, que subieron 63,7%, alcanzando los US$55 millones. Este último resultado refleja el buen momento de productos como el aguacate Hass, el mango y la uchuva, que ganan terreno en mercados internacionales.
En cuanto a volumen, el sector también mostró un comportamiento positivo: se despacharon al exterior 514.944 toneladas de bienes agroalimentarios, lo que representa un crecimiento del 12% frente a marzo del año anterior.
En el balance general, Colombia exportó un total de US$4.338,1 millones en marzo, lo que representa un incremento del 12,2% interanual. De este total, el agro fue el mayor contribuyente al crecimiento.
Estados Unidos se mantuvo como el destino más relevante para los productos colombianos, concentrando el 32,3% del total exportado. En particular, las ventas de café sin tostar descafeinado a ese país se dispararon en un 190,2%, mientras que las exportaciones de flores y follaje crecieron 22,9%. Otros destinos destacados fueron Panamá, China, Países Bajos, Ecuador, Brasil y México, consolidando la diversificación geográfica de la oferta agrícola nacional.
Estos resultados posicionan al agro como un eje clave para el crecimiento económico, el empleo rural y la proyección internacional de Colombia, en un contexto global que exige mayor capacidad productiva, resiliencia y seguridad alimentaria.